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RAFAEL SALVÁ BALAGUER
OBRAS EN LA COLECCIÓN IVLIA: ( pulse sobre las imágenes para ampliar )
Vespre Breda. Óleo sobre lienzo, 60 x 73 cm. Rafael Salvá Balaguer.
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Primavera. Óleo sobre lienzo, 50 x 61 cm. Rafael Salvá Balaguer.
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El otoño. Óleo sobre lienzo, 60 x 73 cm. Rafael Salvá Balaguer.
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Ciprés. Óleo sobre lienzo, tamaño figura-12. Rafael Salvá Balaguer.
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BIOGRAFÍA:

Rafael Salvá a los 30 años (1933) |
Rafael Salvá Balaguer.
Rafael Salvá, en la tradición paisajística catalana.
"me atrevería a apuntar... que la primavera y el otoño son las mejores
estaciones para sacar el caballete al aire libre". Rafael Salvá Balaguer
se declaraba así en 1970. Pintor de un paisajismo geográfico, de percepción
directa, atento a los ciclos más colorísticos de la natualeza para mejor hacer
vibrar su paleta de pintor de "plein air". Cuando él aún no podía tomar
conciencia de ello, iba desarrollándose su vocación en aquellos tempranos días
de su Mallorca de principios de siglo, en la que nació el último día de abril de
1904. Aquella isla de esplendorosa luz mediterránea, plenamente arraigada en
unos modos de vida tradicionales, que comenzaba a dar síntomas de mejora
económica con su incipiente industria del calzado. Desde muy niño, Rafael
había mostrado una buena predisposición a captar imágenes, de tal forma que su
mejor distracción era tener por compañeros un lápiz y un papel con los que jugar
a crear. Aún hoy(1984) recuerda los muebles, rincones y objetos apreciados de su
casa que eran dibujados por su mano infantil buscando en todo momento visiones y
perspectivas distintas que le ejercitaban en la comprensión de los temas, cuyo
vaivén le servía como él mismo explica "para no perder el trazo del dibujo".
Con su familia se trasladaría posteriormente a la ciudad vallesana de Sabadell,
donde conocería una realidad muy distinta. La de un núcleo industrializado, en
el que a través de su paso por la Escuela Industrial de Artes y Oficios,
entraría en contacto con el afán colectivo por la pintura y el aprendizaje del
paisaje. Allí recibe, a partir de 1925, sus primeros conocimientos encauzados
de pintura, principalmente en las clases impartidas por Joan Vila Cinca y Joan
Vilatobá. Al poco tiempo, y como resultado de que sus obras parecían cada vez
mejor construidas, obtiene una Beca del Ayuntamiento sabadellense que le
permitió trasladarse de nuevo por un tiempo a la isla de Mallorca. De la
fusión entre sentimiento y preparación artística, puede decirse que en esta
nueva estancia en su lugar natal surge el Rafael Salvá pintor. Él mismo cuenta
que las pinturas del caserío de La Calobra y del Torrente de Pareys, realizadas
en plena naturaleza, nacen con una calma apta para toda reflexión, ante un
Mediterráneo riquísimo en colores y sutilezas, no menos estimulada por sus
contactos con el pintor alemán Erwin Huber, también con Anglada Camarasa y Mir.
Todo ello -dijo- le animaba a "hacer cuadros de un cierto valor, ya que me
sentía capacitado para introducirme en un ambiente técnico que desde entonces
dominaba... Quería que mi pintura diera a conocer todo tipo de naturaleza con
todas sus intensidades". De regreso a Cataluña se había encendido, pues, en él
la mecha de la pintura de paisajes con nombre y temporada. Desde 1929, fecha
de su primera exposición en la academia de Bellas Artes de Sabadell, hasta 1936
en la Sala Barcino del céntrico Paseo de Gracia de la ciudad condal, su obra
pudo seguirse con gran regularidad en Sabadell y Barcelona donde la prensa
elogia en 1932 de su obra. Los críticos hacen múltiples consideraciones de sus
paisajes, esta vez reunidos los del Vallés y de Mallorca. Para unos "aparecen
apuntados rápidamente con franca y amplia pincelada rebosante de color", para
otros puede verse "la influencia de Mir, sobre todo de su primera época, opinión
ésta que viene a corroborar la concreta evolución de Rafael Salvá dentro de esta
línea paisajística autóctona del arte catalán, impregnada de un fantasioso
colorismo. En 1933 Salvá participa en la exposición de Primavera barcelonesa
sobre pinturas de paisaje, junto con los que habían sido sus profesores y otros
destacados representantes de este género como Bosch i Cañáis, Joan Colom,
Meifrén, Olivé Font, Vila Puig, Vilatobá, Mir ... Y su obra llega hasta Madrid
en 1935. En Barcelona, la resonancia que va alcanzando es cada vez más
considerable. Los periódicos Diario de Barcelona, La Publicidad, La Noche, Diari
de Sabadell, El Noticiero,... dedican espacios a la obra del mallorquín
valorándola por sus gamas limpias de azules y morados, por su esplendente color
y por conseguir unos conjuntos cada vez más equilibrados. Un insigne catalán,
Pau Casáis, visita su muestra en Sala Barcino y le escribe autógrafamente "he
visitat la seva exposició en quins quadres he admirat la seva exquisita
sensibilitat en les harmonios de la llum". Y Alfredo Opisso le retrata en un
dibujo cuando expone en Sabadell.

Pintando en Mallorca 1934 |
Sus propósitos estéticos van consolidándose
dentro de un decidido colorismo, aplicado a asimilar y expresar su vivencia de
la Naturaleza con la mayor emoción y frescor posibles. Sus cuadros son de una
limpieza atmosférica que consigue con "gamas de tostados, azulados, oliváceos y
grises en clave de do...", con los que fija esos momentos del día en que la luz
se nos presenta más misteriosa. La Guerra Civil corta de raíz su ascendente
progresión y, si bien en los años 40 expone en las Galerías Syra, no será hasta
finales de los años 60 cuando Rafael Salvá reinicia su andadura plástica. La
Pinacoteca muestra entonces paisajes del Pre-Pirineo catalán, Sant Genis dels
Agudells, Montseny y Valles. Ángel Marsá le recibirá con esta efusiva acogida
"logra efectos cromáticos de poderosas resonancias, azules intensos, verdes
fulgurantes, bermellones ígneos y sienas calientes, en una sinfonía lumínica de
arriesgados y difíciles contrastes siempre, sin embargo, sabiamente acordado.
Una buena exposición de este dotadísimo pintor ausente muchos años de nuestras
galerías de arte” Desde entonces, su reincorporación al mundo artístico ya no
tuvo descanso. Sus recorridos por Breda, Hostalric, Camprodón, Sant Lloren? de
Morunys, Alt Berguedá, Pedraforca (su "Contrallum de Pedraforca" fue adquirido
por el Museo de Arte Moderno de Barcelona), le suscitarán, uno tras otro, nuevas
emociones paisajísticas en las que explorar las posibilida-des narrativas de su
"pincelada opulenta y fluida", "de unas bien acordadas gamas", y "fineza de
ejecución". Hasta que los tonos se tornaran más profundos y recortados, en una
opulencia y exhuberancia cromáticas de fuertes efectos visuales, fruto de esa
búsqueda incansable que le hace manifestar "en Arte la perfección completa no
termina nunca", pero "mientras la Naturaleza sea espejo del sentir humano, el
Arte prevalecerá". Lorenzo García-Diego Pérez
( Enciclopedia Maestros actuales de la pintura Catalana)
CRÍTICA
LA CRÍTICA HA DICHO...
Salvador Sarra
En octubre de 1924, una "COLLA" de jóvenes discípulos de la Escuela Industrial
de Artes y Oficios hacen una exposición colectiva de pintura y escultura.
Aquella Exposición tuvo su transcendencia pictórica de valoración y
constatación. Entré los nombres de Esteve Valls, Camil Fáfregas, Marius
Vilatobá, Rafael Salvá, Pere Artigas y J. Climent, nace una nueva pro-moción de
Artistas Sabadellenses.
La crítica de la época celebraba la nueva aportación explicando las promesas que
ofrecían aquéllos pintores. De aquélla promoción, unos nombres parece que se han
ido perdiendo, pero otros han continuado... Han pasado desde entonces cinco años
de silencio, que no de inactividad. Ahora abre Rafael Salvá en la Academia de
Bellas Artes una exposición en la que, alegre, jamás desfallecido, y siempre
ilusionado, nos explica la continuación de su carrera pictórica. Dejo para los
críticos la opinión de lo que puedan valer sus cuadros; creo, sin embargo, poder
anticipar sin riesgo que su esfuerzo, hoy por hoy, es superior a lo que puedan
valer sus cuadros. Mérito de superación que hemos de reconocerle forzosamente, y
que por ello sólo es comprensible que nos encontremos delante de un gran pintor.
Es de esperar que todos los aficionados y amantes de la pintura, todos los
amigos de la pujanza espiritual de Sabadell sepan apreciar, viendo sus cuadros,
la actuación de éste joven artista tan prometedor por sus condiciones de pintor,
y de pintor que sabe continuar...
Diarí de Sabadell, Mayo 1929. Joan Sellares
Que Rafael Salvá es un pintor, no cabe la menor duda, y que es un joven con
empuje, tampoco. Entremos en su Exposición y saquémonos el sombrero como si
entrásemos en la casa de un gran señor. Y es que los 32 cuadros que tiene
expuestos son una cosa seria, de todo; pero sobre todo, de justas proporciones y
de bellas maneras de decir, en fin, de cualidad y categoría; cualidad
corresponde al Arte y categoría al sentido. A Rafael Salvá ya no le pueden
doler, de ninguna manera, los cinco años que se ha pasado pintando y repintando
todos los andurriales de Matadepera, de espaldas a Sabadell y de cara a la
montaña, haciendo revivir toda una serie de recelos que le han robado el alma,
las pinturas, los domingos... y ahora se puede dar el placer de ofrecerlo todo a
su Ciudad y a los suyos en una ofrenda que le ha de honrar siempre más...
Sabadell, Mayo 1929. Diarí de Terrassa
.. Rafael Salvá, solo, sin otro bagaje que su franco optimismo, ha ido haciendo
ruta de peregrinación hacia los lugares donde sus emociones más podían
asimilarse y tener cerca, íntimamente, el contacto con las cosas que le hacen
vibrar y sentir. La obra de este pintor, fecunda y en extremo sincera, no ha
recibido aún podemos decirlo sin eufemismos la influencia de ningún otro...
Casino del Comercio, 1930. Diarí de Sabadell
.. No sabemos si es por pura recepción u honradez o por defecto receptivo, los
paisajes de Rafael Salvá tienen siempre una tónica generalmente oscura. No
obstante, dentro de esta técnica, hay una revelación de sentimientos personales
del autor y que podemos atribuir a la visión excesivamente dramática de la
naturaleza; para expresarla, necesita violentar la paleta; pero más vale esta
transcendencia íntima del pintor que no deberse a las influencias de escuelas ni
de procedimientos...
Diciembre, 1931. Elvira Augusta Lewi
... Paisajes del Valles y de Mallorca; Rafael Salvá tiene desenvoltura al
manejar los pinceles, una clase de audacia que hace que sus cuadros permanezcan
frescos por la técnica. La influencia de su amigo Joaquín Mir, sobre todo en un
primer momento, es muy marcada en alguna de sus telas; a pesar de todo, Salvá
presenta una pintura agradable e interesante por sus bellos toques...
La Ñau. Barcelona, mayo 1932. Diarí del Comerg
... Rafael Salvá es un paisajista dotado; plasma formidablemente bien la luz y
los ambientes con una buena técnica; los paisajes de Mallorca están resueltos
con más cantidad de materia que los otros, teniendo los azules del mar y los
tierra de las rocas mucha calidad.
Sala Barcino 1932. Las Noticias
... Rafael Salvá, no obstante su mocedad, se nos presenta con unas primicias
pictóricas que son otros tantos anuncios de un colorista de envergadura, que
partiendo de las escuelas del paisaje Catalán y sintiendo hondamente la pintura
decorativa, se lanza a la producción de paisajes bien vistos y apuntados
rápidamente, con franca y amplia pincelada rebosante de color. Hay en Rafael
Salvá un recio temperamento de pintor a la moderna, completamente alejado del
artificio pictórico humildemente aceptado por muchos modernistas confesos...
Sala Barcino, 1932. La Noche
... Con honradez de procedimiento y clara visión de la realidad, logra Rafael
Salvá efectos y sensaciones intensos... Sala Barcino, Enero 1935
C.C. La Publicitat
... Es notable por la fina entonación, por la sobriedad exprés va, afinada a un
diapasón de un gris azulado la tela "interior" en la cual se descubren positivas
aptitudes de pintor...
Sala Barcino, enero 1935. La Vanguardia
... Uno de los paisajes que exhibe el Sr. Salvá Balaguer, efecto de declinar el
día, aparece visto y pintado con una gran emoción...
Exposición de Primavera, 1933. Zenon
... Paisajista y poeta, suntuoso y decorativo, exhuberante pintor. El Sr. Salvá
se complace en echar sobre las vistas solemnes o majestuosas que escoge
verdaderos torrentes de luz o bocanadas de claridades vírgenes que poetizan o
magnifican el paisaje, que el pintor suele mostrar.
Diario de Barcelona, enero 1935. El Noticiero
... Los grises en una gama limpia de azules y morados tienen en este pintor, de
ejecución y celebridad decorativa, un interprete muy notable. Sus cuadros son de
un decorativismo sin pie, rico y esplendente de color, de sinfonía atrayente,
que por su limpidez y factura, consiguen, estas obras un efecto insos_ pechado
de belleza...
Sala Barcino, enero 1935. Sala Barcino
... De Rafael Salvá, que es un verdadero artista, podríamos decir, después de
ver su exposición, que ha sabido sacar de la naturaleza todo lo que en Arte le
haya podido dar...
Febrero 1935. Matas
... El sentido plástico de nuestro joven pintor tiende al decorativismo
pictural, sin que su visión deje de ser siempre franca y sincera; no hay nada,
en la pintura de Rafael Salvá, que aparezca visto de una manera preestablecida.
Diario de Sabadell. Acad. Bellas Artes, 1935. Acad. Bellas Artes
... Centra su visión del natural en la apacible anotación de matices finamente
preponderados. Rafael Salvá, se nos pre-enta ya con una efectividad del todo
indiscutible...
Sabadell, 1935. Salvador Sarra
... Maravillosas gamas de tostados, azulados y olivas, grises en do mayor...
Contenidos, medidos y cielos transparentes y atmosféricos son sus cuadros...
Pintando de esta manera no se puede tener un gran público; se tiene más pronto
un buen público...
Acad. Bellas Artes. Sabadell 1935. Día Gráfic
... Su arte pictórico, sobrio de colorido y sólido de estructura-ción lineal y
de composición, está tan alejado de la fría repro-ducción de los objetos, como
de la interpretación arbritraria que los "ismos" amparadores muchas veces, de la
inepcia, han entronizado en la pintura de nuestra época. Rafael Salvá es, por
vocación, por vital imperativo de temperamento, un gran pintor...
Sala Barcino, enero 1936. Diari de Barcelona
... Hay un sentido intensamente poético en los paisajes de Rafael Salvá. De
poeta-pintor calificaríamos a éste artista que va desde la hora de la naturaleza
y que recoge los pinceles cuando tiene el alma embargada por la emoción. Y ésa
es para el pintor aquélla en que el crepúsculo invade la tierra y ensombrece las
cosas. Pintura de dulcedumbre romántica de fondo pero sólida, construida y
trabajada a conciencia...
Galería Syra, abril, 1943. Destino
... Rafael Salvá nos ofrece sus delicadas visiones del paisaje del Valles.
Pintura lacónica, de acordes graves y nobles, tienen innegable interés. La
pincelada ágil intenta damos el estremecimiento lírico de las cosas, logrando
esbeltas fineza; paleta...
Galería Syra, abril 1943. El Noticiero
... Rafael Salvá, pintor de prestigio pictórico, renombrado artista, nos ofrece
un selecto conjunto de paisajes dignos de contemplar...
Pinacoteca, diciembre 1968. Ángel Marsa
... Colorista nato, Rafael Salvá logra efectos cromáticos de poderosas
resonancias en una sinfonía lumínica de arriesgados y difíciles contrastes,
siempre, sin embargo, sabiamente acordados. Una buena exposición de éste dotad
ísimo pintor, ausente muchos años de nuestras Galerías de Arte...
El Correo catalán, diciembre 1968. Tele express
... Rafael Salvá busca ofrecer el paisaje con sensibilidad, intentando captar
los matices y contrastes... A veces da un salto atrás y se pierde en los
atardeceres melancólicos, con malva y morado, iglesias solitarias y cipreses
tristones...
Pinacoteca, diciembre 1968. El Correo Catalán
... En sus paisajes logra Rafael Salvá una pureza de ej ción y una nitidez
narrativa de la mejor tradición autóctona, celada opulenta y fluida, captación
sensible de la mutabi atmosférica, cromatismo de amplias y bien acordadas ga son
otras tantas excelencias de esa pintura sensible e i gente...
Pinacoteca, marzo 1968. Solidaridad Nacional
... Enamorado de la naturaleza, Rafael Salvá no incluye jamás en su obra a
hombres ni animales, cambiantes bajo los efectos lumínicos... He aquí a un gran
pintor, fiel intérprete de la naturaleza, a la que traduce con emoción y
sentimiento….
Pinacoteca. La Vanguardia
... Los verdes son intensos, los cielos alcanzan atardeceres wagnerianos, con el
crepúsculo reflejándose en un mar de nubes encrespadas. Para Rafael Salvá el
arte es sentimiento, y siguiendo a Rodín la "naturaleza debe ser la única diosa
para el artista". Pintura amable, realizada con minuciosidad, bus-cando efectos
lumínicos y contrastes, pintura elaborada con amor, dentro de una escuela
perfectamente definida, que sigue vigente en muchos de nuestros artistas y
enraizada en cierto sector del público; pintura ejecutada con buen oficio, que
procura reflejar con la mayor precisión y exactitud cuanto ve y siente el
artista que la crea...
Pinacoteca, marzo 1970. Solidaridad Nacional
... Se destaca la fidelidad en el reflejo de los valores estacionales. Rafael
Salvá nos ofrece no sólo las imágenes, sino la impresión del entorno que las
acentúa y caracteriza, expresándose con una paleta de amplios registros
colorísticos, recogiendo las variaciones atmosféricas y lumínicas con precisión
y pleni-tud...
Pinacoteca, 3 de mayo 1978. Ángel Marsa
... En todos los paisajes de Rafael Salvá se refleja la misma transcripción
plenairista de las mutaciones climáticas y atmosféricas, la mañana, la tarde, la
primavera, el verano, el otoño los contraluces, el sol poniente... Todo ello
captado y transcrito con sensibilidad y pericia insoslayables...
Pinacoteca. El Correo Catalán.
EXPOSICIONES
PRINCIPALES EXPOSICIONES:
- 1924 - Escuela Industrial de Artes y Oficios. Sabadell
- 1929 - Academia de Bellas Artes. Sabadell
- 1930 - Casino del Comercio. Terrassa
- 1931 - Academia de Bellas Artes. Sabadell
- 1932 - Sala Barcino. Barcelona
- 1933 - Exposición Nacional. Madrid
- 1933 - Exposición de Primavera. Barcelona
- 1934 - Mataré
- 1935 - Sala Barcino. Barcelona
- 1935 - Academia de Bellas Artes. Sabadell
- 1936 - Sala Barcino. Barcelona
- 1943 - Galería Syra. Barcelona
- 1945 - Sala Dalmau. Barcelona
- 1968 - La Pinacoteca. Barcelona
- 1970 - La Pinacoteca. Barcelona
- 1976 - La Pinacoteca. Barcelona
- 1978 - La Pinacoteca. Barcelona
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